Thursday, January 12, 2006

(Era Su Cumpleaños) y terminó siendo...

“...soy zurdo niña, no
siniestro, el infierno está aquí, aquí
mi casa, éste el lugar maldito donde no
se ama, aquí vivo, aquí trabajo, aquí te amo”
Fragmento de “Delirio de Agosto”
Marco Martos (“Dónde no se ama”, 1974)

Favor leer escuchando
“L´Apocalypse Des Animaux”
de Vangelis


Las huellas imperecederas de Nelly en las Playas de Chilca permanecen entre las cuevas y a pesar de las olas y la ausencia que deja el ayer. Al encontrarse con Pascual y Fabiola -sus hermanos de signo- se fusionaron en un tripartito abrazo. Nelly con sus adorables hermanos deambulando entre los silencios y calles olvidadas de las Salinas de Chilca. En casa de Martín, esperaban Mónica, los underground Pepe y Lucho, Aldo y un par de españolas (invitadas al paso por los pasos perdidos de Lucho).

Pepe, Lucho y un par de amigos suyos no desaprovecharon la ocasión y “le dieron curso” a una huérfana botella de ron de la alacena de Martín. Era una parrillada de camaradería y terminó siendo.... El resplandor por la puerta dibujaba la aparición de Nelly como en un Sueño de una Noche de Verano o el Nacimiento de Venus, pero todo volvió a la normalidad con la embestida de sus hermanos de signo, Pascual y Fabiola, que saltaban como liebres centauros tras el premio mayor. Fabiola era la más entusiasta (era su cumpleaños). A pesar de estar condenada como Artemisa, había logrado cazar a su dios del bosque, a su adorado Pascual y él había organizado junto a Adrián
la parrillada de camaradería que terminó siendo...

Sólo faltaba que llegara Adrián con la parrilla. Todos miraban de mala gana a Pascual por la promesa incumplida y él sin saber donde meter su cabeza de avestruz. Pero para su ventura llegó su salvador, “Martín”, y enterado de la situación, pasó a los abrazos, besos y venias de rigor e impávido, mismo Flash, salió a tocar la puerta de su vecino a solicitarle su parrillera industrial. Entre todos los varones presentes y la ayuda oportuna de las damas se pudo hacer ingresar por la puerta trasera, la voluminosa parrillera y todos gozando como si hubiera sido el ingreso del Caballo de Troya. Aldo presuroso compró el carbón y Pascual trajo trago para todos los paladares –que dicho sea de paso, los de Pepe y Lucho parecían estar curtidos y preparados para cualquier octanaje-. Cuando estaban dispuestos a encender y empezar la freidera de carnes, tubérculos y otros, llegó sudoroso y angustiado Adrián con su parrillera portátil al hombro. Todos guardaron un ceremonioso silencio, algunos pensaban lanzarlo a la brasa ardiente, pero al ver su parrillera y ladear la mirada hacia la monstruosa parrillera industrial, soltaron una risotada que devoró al silencio y a los vecinos curiosos.
Era una parrillada de camaradería y terminó siendo....

Aldo era el eje concéntrico de Mónica. Lo seguía a sol y sombra. Le pedía consejo. Le contaba el desamor al lado de Pepe. Lo devoraba con la mirada. Le pedía su correo. Le confesaba lo inconfesable. Y Aldo atinando sólo a escuchar y asentir con la cabeza. Pepe sentía aprecio por Aldo, pero sus gestos empezaban a parecerse al de “Alien, el octavo pasajero” al sucumbirle en su cerebrito los tragos y los celos de todo calibre. Aldo hacía esfuerzos inconmensurables por agradarle a Nelly y ella ni se inmutaba. Nelly bailaba su adorada samba para asombro y envidia de las tres españolas. Aldo extasiado. Nelly frenética. Pascual delirante, tirándose al piso por el “baile de perreo” junto a su adorada y adorable Fabiola. Adrián arrinconando su parrilla en el desván. Pepe y Lucho los “rambos”, “terminators” del trago.
Era una parrillada de camaradería y terminó siendo....

Mónica al acecho de Aldo. Pepe al acecho de Mónica. Aldo al acecho de Nelly. Martín al acecho de Pepe y tratando de calmarlo. Lucho al acecho del poco trago que restaba. Las españolas al acecho de Martín. La fiesta llegaba a su clímax. Fabiola llegaba al clímax. Lucho calateándose para la platea, mostrando su formidable esqueleto y leyendo sus textos underground. Nelly desnudándose los pies y danzando como una elfo. Esbeltos pies como canto rodado y el crepitar en mi peña / que muere a sus pies y Aldo también en su éxtasis contemplando las idas y venidas de las olas y holas de los pies desnudos.
Era una parrillada de camaradería y terminó siendo....

Al siguiente día, Nelly, Fabiola y Pascual desayunaron fuera. Al poco rato se sumaron Martín y Aldo y se desataron en chistes más malos que los del español Carbonell. Nelly se indigestó. Tratando de fugar de la incómoda situación, Aldo y Martín se retiraron y se dirigieron a pie a la playa. Al llegar encontraron a Nelly, Fabiola y Pascual que tomaron una mototaxi para llegar al lugar. Los demás estaban desde temprano, tratando de pescar con sus cordeles algún borracho o cojinova y agenciarse un suculento desayuno dominical.
Era una parrillada de camaradería y terminó siendo....

Pepe amando a Mónica y no correspondido, Mónica amando a Aldo y no correspondida, Aldo amando a Nelly y no correspondido, los otros muchachos amando a Nelly y ella bostezando, las españolas odiando a Nelly y no siendo correspondidas. Lucho amando el trago y haciendo “chanchita” para continuarla. Martín amando la amistad y sin ser correspondido. Pascual y Fabiola amándose y sin ser correspondidos por sus amigos. Era una parrillada de camaradería y terminó siendo la maldita casa de Marco.

3 Comments:

At 9:15 PM, Blogger Juan said...

Pude haber saltado del primer párrafo al último y no pasaba nada, total, lo importante era saber "qué termina siendo" la "parrillada de camaradería".
Osea, ta feo el cuento.

 
At 9:05 AM, Blogger Claroscuro said...

Gracias, Juan, por tu comentario. estoy seguro que Luciano lo tendrá en cuenta para la siguiente crónica que escriba. En realidad, como lo anuncié en el post, éste no era un cuento sino una crónica de una celebración báquico-poética; pero mi irreverante amigo decidió reírse del "evento", ficcionándolo.

 
At 3:49 PM, Anonymous Anonymous said...

Autor:
lamento decepcionar a aquellos que esperaban un clásico cuento. Lo mío es otra cosa...como diríamos una chanfainita -como es la realidad en la que vivimos-. Sin embargo lo tendré presente en posteriores entregas

 

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